La verdad es que eso lo hemos dicho todos alguna vez, pero a la hora de la verdad, nos da más vergüenza el decir que no, que el tener que salir al escenario a hacer un rato el ridículo.
Aunque cierto es que hay gente para todo.

- Yo, yo... elígeme ... (como el asno en la película de Shrek 1, ¿recordáis la escena?)
Luego está el tipo de personas como yo, que odiamos tener que salir y ser el centro de atención solo porque a algún gracioso le apetezca ver como pasamos un mal rato.
Aunque cuando eres tú el que "dirige el cotarro" y te toca elegir a alguien, la cosa cambia totalmente.
Resulta que hasta disfrutas de ser tú, por una vez, el que no está ahí abajo sufriendo por si te toca salir.
En conclusión, preferimos reírnos de lo que les pasa a los demás, a que los demás se rían de lo que nos pasa a nosotros.