En mi opinión, un pueblo es el mejor amigo de cualquier persona, independientemente de su edad.
Son lugares pequeños y familiares, donde conoces a todo el mundo, y sabes que si algún día te pasa algo, nadie dudará ni un momento en ayudarte.
En un pueblo, vayas en el momento que vayas (aunque sea con años de diferencia de la última visita) te recibirán con los brazos abiertos.
Aunque sin ninguna duda, lo mejor son sus fiestas; esos cuatro o cinco días tan intensos que llevas esperando desde el mismo día en que terminan y que después de todo un año de larga espera se pasan volando, pero la ilusión que tenemos de que lleguen merece la pena.

Yo pienso que es porque desde que nacemos sentimos un cariño especial hacia estos lugares tan maravillosos y no nos paramos a pensar en sus pros y sus contras, simplemente nos sentimos orgullosos de pertenecer al nuestro.
Por todo esto que acabo de escribir y muchas más cosas inolvidables ocurridas en nuestros pueblos, quiero deciros que:
ME SIENTO ORGULLOSA DE SER DE BAÑÓN
(POR SI NO HABÉIS ENTENDIDO LA ÚLTIMA FRASE, MI PUEBLO SE LLAMA BAÑÓN Y ES EL QUE APARECE EN LA FOTO)