Aún recuerdo el primer día que pise sus calles.
Eran las diez de la mañana cuando apareció por mi ventanilla del coche ese cartel tan esperado de Bañón a un kilómetro, y el entusiasmo y la alegría que había en mi no se puede expresar con palabras, al fin estaba allí, tenía todo el verano por delante y estaba al llegar una amiga mía a la que llebava sin ver un año entero.
Con móvil en mano y nerviosa hasta decir basta esperaba con ansias esa llamada que me haría salir de casa corriendo y... a las 12:30 (ni un minuto más, ni un minuto menos) el teléfono vibró. Subí corriendo hasta el punto de encuentro con una sonrisa que se me salía de la cara y allí estaba, al vernos nos abalanchamos la una sobre la otra, como si al soltarnos esa persona a la que tanto esperabas fuese a desaparecer.
Después de asimilarlo y hablar, reír, gritar, saltar... y más hablar, más reír, más gritar y más saltar, nos fuimos a comer cada una a nuestra casa todavía sin creernoslo del todo.
Un año... había pasado un año entero y ahí estabamos, viendonos todas como si no hubiese pasado ningún día...
Algunas se iban, venian otras... pero las risas por nada y las tonterías sin ningun sentido no cesaban. Casi no salíamos de la peña, se había convertido en nuestra casa y nosotras como nuestra familia... todo el día juntas y sin discutir, increíble pero cierto.
Las fiestas se acercaban cada vez más deprisa, nuestros disfraces ya iban "ascape" y todavía nos faltaban personas... estabamos felices de estar allí pero notabamos como si nos faltase algo (o mejor dicho... alguien)... y un día así sin esperarlo, ¡Apareció una!
Casi no nos lo creíamos, yo me acuerdo que mi reacción fue echarme a reír sin parar,y pensaba "esta allí, delante de mis narices", no os pedéis imaginar la alegría que dan este tipo de sorpresas.
Y a los pocos días... ¡Otraaaa! Eso eran demasiadas alegrías de golpe... no cabíamos en nuestra alegría y nuestro asombro, yo recuerdo que sin darme cuenta al verla pegue un salto del sofa donde estaba sentada y empece a gritar como loca...
¡¡¡YA ESTABAMOS TODAS!!! Aquellas fiestas que veíamos todas en blanco y negro, en unos segundos se habían llenado de colorines (rosa en concreto) y ya nada lo iba a estropear.
Era nuestro verano y lo teníamos que aprobechar quedasen los días que quedasen.
Las fiestas transcurrieron de maravilla... mucha noche, tarde intensa y poco día, canciones a gritos, concursos, risas para dar y vender...
Todo marchaba sobre ruedas, tan sobre ruedas que a lo que nos dimos cuenta, estabamos ya en las despedidas.
A nadie le gustan estos momentos, y menos cuando de quien te tienes que despedir es de esas pesonas con las que has vivimos todo el verano, con las que estabas a todas las horas del día, con las que no te enfadaste ni una sola vez (no podías), con las que si no estabas a su lado estabas "vía whatsapp" desde tu casa...
Sin querer se empezaban a humedecer los ojos y unas pequeñas lagrimillas te recorrían las megillas, no lo puedes evitar... la peña había sido nuestra casa y todas como la familia... y sabes perfectamente que a algunas de ellas no las volveras a ver hasta el verano que viene.
A día como hoy, todavía recuerdo con alegría cada momento y no puedo evitar ver una foto o un vídeo sin sonreir. Las echas de menos y de vez en cuando todavía te "sudan" un poquitín los ojos al acordarte de todo esto.
Porque cuanto más lejos estas de alguien, mas te acuerdas de esa persona, aunque cierto es que... el whatsapp es un gran invento y el reirse a diario con ellas sin importar la distancia a la que estes... es, sin duda, la mejor de las medicinas.
Os dejo esta canción que habla sobre el pueblo y pienso que mejor que aqui, no va a estar en ningun sitio jaja:
Supongo que está clarísimo a quién va dedicada esta entrada, así que les voy a mandar un beso muy fuerte y que sepáis que se os echa muchísimo de menos, a "montones".