Es un momento de desesperación, no sabes de que escribir ni que contar, sabes que en cuanto des con el tema que andabas buscando las palabras saldrán solas, pero no lo encuentras y ya no se te ocurre por dónde buscar... las cosas que te vienen a la cabeza ya han sido relatadas, y si no son similares a otras anteriores. De momento no tienes un tema concreto y decides ir probando a ver si llega por casualidad.
Empiezas por poner un título y cuatro palabritas, pero al llegar la quinta... ya estas otra vez igual.
Entonces cambias de táctica, a lo mejor escribiendo unas líneas luego es todo más fácil, pero no, el problema no disminuye.
¿Por qué me esta pasando esto? Si tengo cosas que contar... lo que me falta es la manera de expresarlas.
¿Será que las musas han pasado de mi? ¿que andan de vacaciones como las de Joan Manuel Serrat?
No lo se, solo estoy segura de que no están conmigo cuando las necesito y desde aquí les mando un grito de auxilio para que vengan a socorrerme.
Intentas buscar a esas musas por todas partes, pero nada, no se encuentran ni en las canciones, ni en esos paseillos de punta a punta de la casa que tantos minutos de nuestra vida nos hacen perder, ni en las entradas anteriores que lees una y otra vez... nada, están desaparecidas.
La única explicación que se me ocurre en este alto nivel de desesperación es que realmente se hayan marchado de vacaciones... ¡pero a dónde!
Dejo de escribir... intento improvisar por si hay suerte... Es la hora de tomar una decisión, no lo puedo dejar para luego, así que mejor pruebo a expresar mi falta de entusiasmo, pero al rato me doy cuenta de que ya llevo unas cuantas líneas escritas y que no queda tan mal.
Resulta que a mis musas les importo y han respondido a mis plegarias, solo estaban poniendo a prueba mi paciencia, y tras conseguir agotarla han aparecido, por ello les doy las gracias.
Ahora solo queda leerlo toda entero y corregir los fallos, cosa que espero que transcurra sin distracciones, y después de la corrección... otra lectura de seguridad (como habréis notado no me fío mucho de mi atención) y estará todo listo.
Por último llega el momento más esperado, el que más eché de menos en esos momentos de pánico, ¡el botón de Publicar!
Y pensar que todo esto ha salido de una simple página en blanco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario