jueves, 29 de noviembre de 2012

UNA FOTO Y MIL RECUERDOS


Cajas de cartón llenas de álbunes, estanterías cargadas de marcos, carpetas del ordenador a rebosar…  millones de recuerdos escondidos con ganas de salir a recordar contigo.

 Esa foto inesperada, esa en la que no posaste, esas fotos tan trasparentes que cuentan miles de historias y solo necesitan que alguien las quiera escuchar y les dedique unos segundos de su presente para viajar al pasado.
Y es que podríamos posar, podríamos poner nuestra mejor cara… pero en ese momento en el que abrimos nuestro álbum, en el que destapamos nuestra caja, en el que clicamos en nuestra carpeta… las que más nos gustan y más nos dicen son aquellas en las que nadie se dio cuenta de que alguien tenía una cámara y esas en los que ni siquiera miraste al objetivo.

Son capaces de sacarnos una carcajada, una lágrima, una sonrisa, de hacer que el tiempo pase y no nos cansemos de mirarla, de perdernos en un pensamiento y no querer encontrar la salida.
Son las fotos las que nos permiten desconectar, las que nos permiten no olvidar esos momentos que se esconden por nuestra cabeza y solo necesitan que esa imagen las ayude a salir.
Y es que sin las fotos nuestras vivencias permanecerían borrosas y no tendríamos pruebas para demostrar que estuvimos allí, que superamos un miedo o incluso que nos sentíamos orgullosos de estar donde estábamos.

Porque una foto esconde millones de recuerdos… y gracias a esa simple imagen los revivimos cada vez que nuestros ojos se topan con ella.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

EN TIEMPOS DE...

Ya se que de vejez no puedo presumir, de experiencias vividas y sabiduría tampoco, y mucho menos de las hazañas de mi juventud.
De todas formas, lo de ser del siglo pasado no me lo quita nadie...

Hemos vivido la televisión con los canales principales, hemos madrugado los sábados para ver el rato de dibujos que echaban y hemos comido rápido para no perdernos "Los Simpsons".
Nos ha hecho ilusión que nos dejasen hacer una foto con las cámares de carrete y somos los que todavía tenemos todas nuestras fotos en álbunes llenos hasta hartarse.
El ir al cine el sábado por la tarde era siempre como si fuera el mismísimo estreno, el regaliz del domingo al salir de misa una recompensa y el poder ver un poquito la tele por la noche una grandísima fiesta.
Escuchábamos las canciones de grupos formados por niños y nos emocionamos cuando ganó España "Eurovisión junior" con María Isabel. Hemos bailado el Aserejé, el baile del gorila e incluso La bomba.
Y así varios etcéteras...

Hoy en día, con esto de la TDT, hay dibujos un varias cadenas y a todas horas, series para elegir y si no llegan a la hora lo repiten, y lo repiten, y lo repiten... y la novedad es el estreno de un cápítulo nuevo.
Las cámaras digitales las cogen los más pequeños y a los dueños no les hace duelo que no valgan las fotos que saquen, se pueden borrar y no pasa absolutamente nada, ¿y sus fotos? casi todas guardaditas en una carpeta del ordenador.
Las películas del cine ya no hacen la misma ilusión, se espera unos días y la puedes ver por internet, y esa bolsa de palomitas recién hechas por la que suspirábamos se han convertido en bolsas patatas fritas y gominolas.
Del regaliz del domingo ya ni se habla, se nos ha olvidado esa preciosa costumbre de sacar una sonrisa a un niño en las mañanas del fin de semana.
La música que escuchan los pequeños cada vez se parece más a la de los mayores y no existen esos grupos de niños que salían cantando y bailando con todas sus ganas.
Las maquinetas se han convertido en algo casi "imprescindible" y ahora en vez de con una barra de pan se nace con un mando debajo del brazo...

Que suerte hemos tenido... tenemos el punto de vista del pasado, una importante perspectiva del presente y un amplio futuro por delante.


Yo en buena hora solo quiero poder llegar a contarles todo esto a mis nietos algún día como mi abuela hace conmigo... aunque yo sobre la vida en el campo que ella me cuenta, por suerte o por desgracia, dudo mucho que pueda enseñarles algo, para eso ya les contaré las historias de mi abuela, que tengo para aburrir jaja...

jueves, 15 de noviembre de 2012

CUANDO LLORAS...

Lloramos de tristeza, de alegria, cuando algo nos da rabia, en las despedidas que no queremos que  ocurran, si en algun momento nos sentimos agobiados lo utilizamos como desahogo, al vernos ofendisdos, por culpa de otras personas o incluso por ellas...

Yo siempre me he preguntado por que lloramos... nosotros no somos los que lo elegimos en cada momento, simplemente se nos ponen los ojos "vidriosillos" y nos caen lagrimas por la cara.
Es algo que no podemos controlar, puede costarnos más o menos, pero hasta a las personas más duras les cuesta esconder esas gotitas que recorre nuestras mejillas en casos extraños como esos, en los momentos en los que algo de lo que sentimos cambia, para bien o para mal...

Vale, es cierto... algunos actores consiguen hacernos creer que lo controlan, pero en el fondo es el mismo proceso que todos, un cambio que surge sin esperar, da igual que utilicen el pensar en algo triste o algo agoviante... terminan llorando.

Cuando lloramos nos podemos sentir mal si el causante de todo es ese ahogo, rabia o desagrado.
Pero cuando es por pena, en las despedidas por ejemplo, nos sentimos mal pero realmente estamos expresando que nos va a costar olvidar lo que acabamos de vivir y les intentamos transmitir a esas personas ese especie de "gracias" por haber estado contigo, ya que en estos momentos, no es facil sacar unas palabras. En estos casos puede llegar a ser hasta contagioso, porque ves que están llorando al despedirse de ti y te das cuenta de que tu tambien tienes algo que decir y no sabes como.
A mi, si os soy sincera, hay veces que creo que es bueno llorar, te hace pensar y ver las cosas mas claras, y a veces hasta te deja más tranquilo, como si te quitase un peso de encima...


También podemos llorar con las películas o incluso con los libros, estos que realmente nos hacen sentir dentro de la historia o te recuerdan alguna experiencia que hemos vivido y no nos resultó agradable... es eñtraño, sabemos que en la mayoría de los casos son historias ficticias inventadas por una persona, y sin embargo son capaces de hacernos sentir esa angustia en el estómago, esa intriga de querer que termine para saber lo que pasa y a su vez no tener ganas de que acabe nunca...



Además, si echamas marcha atrás y nos fijamos en cuando éramos pequeños, el llanto era nuestro lenguaje en casos desesperados, en el momento que nos pasaba algo y no sabíamos como expresarlo... y si nos paramos un momento, al crecer sigue siendo lo mismo, cuando nos pasa algo y no logramos dar con las palabras exactas... ahí es cuando lloramos.....