Ya se que de vejez no puedo presumir, de experiencias vividas y sabiduría tampoco, y mucho menos de las hazañas de mi juventud.
De todas formas, lo de ser del siglo pasado no me lo quita nadie...

Hemos vivido la televisión con los canales principales, hemos madrugado los sábados para ver el rato de dibujos que echaban y hemos comido rápido para no perdernos "Los Simpsons".
Nos ha hecho ilusión que nos dejasen hacer una foto con las cámares de carrete y somos los que todavía tenemos todas nuestras fotos en álbunes llenos hasta hartarse.
El ir al cine el sábado por la tarde era siempre como si fuera el mismísimo estreno, el regaliz del domingo al salir de misa una recompensa y el poder ver un poquito la tele por la noche una grandísima fiesta.
Escuchábamos las canciones de grupos formados por niños y nos emocionamos cuando ganó España "Eurovisión junior" con María Isabel. Hemos bailado el Aserejé, el baile del gorila e incluso La bomba.
Y así varios etcéteras...
Hoy en día, con esto de la TDT, hay dibujos un varias cadenas y a todas horas, series para elegir y si no llegan a la hora lo repiten, y lo repiten, y lo repiten... y la novedad es el estreno de un cápítulo nuevo.
Las cámaras digitales las cogen los más pequeños y a los dueños no les hace duelo que no valgan las fotos que saquen, se pueden borrar y no pasa absolutamente nada, ¿y sus fotos? casi todas guardaditas en una carpeta del ordenador.

Las películas del cine ya no hacen la misma ilusión, se espera unos días y la puedes ver por internet, y esa bolsa de palomitas recién hechas por la que suspirábamos se han convertido en bolsas patatas fritas y gominolas.
Del regaliz del domingo ya ni se habla, se nos ha olvidado esa preciosa costumbre de sacar una sonrisa a un niño en las mañanas del fin de semana.
La música que escuchan los pequeños cada vez se parece más a la de los mayores y no existen esos grupos de niños que salían cantando y bailando con todas sus ganas.
Las maquinetas se han convertido en algo casi "imprescindible" y ahora en vez de con una barra de pan se nace con un mando debajo del brazo...
Que suerte hemos tenido... tenemos el punto de vista del pasado, una importante perspectiva del presente y un amplio futuro por delante.
Yo en buena hora solo quiero poder llegar a contarles todo esto a mis nietos algún día como mi abuela hace conmigo... aunque yo sobre la vida en el campo que ella me cuenta, por suerte o por desgracia, dudo mucho que pueda enseñarles algo, para eso ya les contaré las historias de mi abuela, que tengo para aburrir jaja...