jueves, 29 de noviembre de 2012

UNA FOTO Y MIL RECUERDOS


Cajas de cartón llenas de álbunes, estanterías cargadas de marcos, carpetas del ordenador a rebosar…  millones de recuerdos escondidos con ganas de salir a recordar contigo.

 Esa foto inesperada, esa en la que no posaste, esas fotos tan trasparentes que cuentan miles de historias y solo necesitan que alguien las quiera escuchar y les dedique unos segundos de su presente para viajar al pasado.
Y es que podríamos posar, podríamos poner nuestra mejor cara… pero en ese momento en el que abrimos nuestro álbum, en el que destapamos nuestra caja, en el que clicamos en nuestra carpeta… las que más nos gustan y más nos dicen son aquellas en las que nadie se dio cuenta de que alguien tenía una cámara y esas en los que ni siquiera miraste al objetivo.

Son capaces de sacarnos una carcajada, una lágrima, una sonrisa, de hacer que el tiempo pase y no nos cansemos de mirarla, de perdernos en un pensamiento y no querer encontrar la salida.
Son las fotos las que nos permiten desconectar, las que nos permiten no olvidar esos momentos que se esconden por nuestra cabeza y solo necesitan que esa imagen las ayude a salir.
Y es que sin las fotos nuestras vivencias permanecerían borrosas y no tendríamos pruebas para demostrar que estuvimos allí, que superamos un miedo o incluso que nos sentíamos orgullosos de estar donde estábamos.

Porque una foto esconde millones de recuerdos… y gracias a esa simple imagen los revivimos cada vez que nuestros ojos se topan con ella.

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