
En cambio, cuando nos lo estamos pasando bien, cuando estamos agusto, cuando desearíamos que el tiempo fuera más despacio o incluso que se parara... se pasa volando, sin darnos cuenta; siempre nos parece poco y nos quedamos con ganas de más.
Y es que nunca da tiempo para todo lo que queremos hacer, siempre queda alguna de esas cosas que dijimos "luego lo hago" y al final no lo hacemos, se queda todo en palabras y deseos, o incluso en pensamientos a los que no les dió tiempo siquiera para salir de nuestra cabeza.
Porque el tiempo es así, todos dependemos de él, pero él no depende de nosotros.

Por eso, cuando vas por la calle y te paras entre la gente que va pensando en sus cosas, que no se fija en lo que ocurre a su alrededor y solo piensa en no llegar tarde, te ves diferente al resto, ves a los demás corriendo de un lado a otro y a ti quieto, sin hacer nada, simplemente contemplando la escena. Es extraño pero merece la pena.
Por eso yo pienso que sin el tiempo, sin una hora que seguir, sin un reloj al que mirar y sin un horario del que depender todos estariamos más tranquilos y a su vez seríamos más felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario