martes, 29 de enero de 2013

POR UN PERRO QUE MATÉ, MATAPERROS ME LLAMARON...

Hay que ver cómo somos, parece que en el momento que haces algo mal... todo lo anterior ya no cuenta y pasas a ser esa persona que siempre hace lo que sea mal.


No tiene ningún sentido, todos nos equivocamos alguna vez y no por eso tenemos que ser los que siempre se equivocan, además... ¿conocéis a alguien que sea perfecto? Yo no.

Yo creo que esto de llamar "mataperros" por un único incidente es algo poco merecido.
De todas formas, rectificar es de sabios, así que todos aquellos que hayamos juzgado sin pensar o por una primera impresión deberíamos olvidar los errores que hayamos podido tener y saber buscar el verdadero lado bueno de las cosas.

Aunque también hay que decir que los que "matamos el perro" tendríamos que intentar no volver a tropezar en esa piedra porque algún día las segundas oportunidades se terminarán y tendremos que apañárnoslas para rectificar un error más grande que con el que empezó todo.

lunes, 21 de enero de 2013

¿COINCIDENCIA?

Nunca tenemos casi nada que hacer, y justo cuando aparecen eventos importantes, todos ellos coinciden.



El día a día lleva consigo un montón de decisiones insignificantes que nos construyen la vida sin ni siquiera darnos cuenta, y justo cuando tenemos bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños... y otro tipo de grandes eventos van y coinciden.
No me parece justo. Fines de semana en el sofá de casa, dando vueltas por la calle sin rumbo intentando pasar la tarde... y luego, todas esas cosas con sentido se juntan en un mismo día.

Esos días, o incluso temporadas, vas como loco, estresado de un lado para otro, con ganas de no tener nada que hacer, de tocar un sofá y olvidarte el reloj en una mesa donde no alcance la vista y no tener la más mínima preocupación de llegar tarde a cualquier parte, de cerrar los ojos y no tener prisa por abrirlos...

Y luego encima surgen los problemas de última hora, y claro, vas tan alterado que todavía te parecen problemas más grandes de lo que son realmente. Es un verdadero cáos.

No sé si os habréis dado cuenta, pero no me gusta el estrés, mejor ir "a la marchica" y cada cosa a su ritmo, con tiempo para todo y bien repartido...
Porque esa es otra, como se junta todo no puedes dedicarle el tiempo necesario a nada e intentas llegar a todo, pero es prácticamente imposible dar todo en cada cosa.

Me altero solo de pensarlo, ¿no podrían caer los eventos señalados repartidos por todo el año?
Está visto que no...

Bueno... pues habrá que desarrollar nuestro sentido de organización y planificación con tiempo de antelación, a ver si de esta manera logramos llegar a todo con la mente tranquila y relajada.
Buena suerte, que creo yo que nos va a hacer falta...

martes, 15 de enero de 2013

YO NO SOY VAGO, SOY PEREZOSO

Cuántas veces nos han llamado vagos por no tener ganas de hacer cualquier cosa, por insignificante que sea. A mi la verdad es que muchas, pero yo siempre respondo lo mismo:
- Yo no soy vaga, soy perezosa.

Y es que yo pienso que entre ser vago y ser perezoso hay una gran diferencia.
Los vagos son los que piensan las cosas pero ni las hacen ni tienen ganas de hacerlas. En cambio los perezosos son los que saben lo que tienen que hacer y piensan algo para no tener que hacerlo o hacerlo más fácil, es decir, hacen lo que tienen que hacer, a lo mejor lo hacen un poco tarde, pero hacerlo lo que es hacerlo, lo terminan haciendo.

Un claro ejemplo son los inventores.
A los inventores les tuvo que dar pereza hacer algo para que se les ocurriera construir objetos que lo solucionara. Pero que les diera pereza no quiere decir que no pensaran en hacerlo, sino hubieran sido vagos.

Por ejemplo:
A alguien llamado Manuel Jalón Corominas le tuvo que dar pereza arrodillarse para fregar el suelo, que de tanto pensar, le puso un palo a un trapo e inventó la fregona.
O tambien está la persona a la que le daba pereza llevar los libros en la mano y pensó y pensó hasta que inventó la mochila.
O al señor Thomas Edison, que pienso yo que le tuvo que dar pereza encender velas y apagarlas y correr el riesgo de quemarse etc... y se puso a pensar como solucionarlo, de ahí entonces nació la bombilla.

Pero gracias a estas personas ahora nuestra vida es más fácil, y tenemos tiempo para que nos den pereza otras cosas como pasar la fregona o llevar la mochila... y se inventan robots inteligentes que te limpien la casa o carros con ruedas.
Y es que nuestra búsqueda de la comodidad no tiene límites.

Aún así sigo pensando que siempre será mejor tener un poco de pereza que ser un vago, porque a veces lo que realmente nos cuesta es empezar.