Os parecerá raro, pero acabo de darme cuenta de que hay gente a la que no le cuesta nada hacer trampas, de hecho les produce una satisfacción espectacular, hasta el punto de contárselo a todo el mundo para presumir de "sabiduría"... que digo yo... ya que las haces, callate ¿no?
Pues no, parece que lo que se lleva ahora es presumir de "ilegal", es como una victoria más para el curriculum, digno de alabar... y a veces, por muy injusto que parezca, reciben más mérito incluso que las personas que realmente se merecen el recnocimiento.
Yo, qué queréis que os diga... creo que hay gente "con mucho morro" y es probable que nunca salgan sus mentiras a la luz. Y sí, es cierto que puede que a mí ni me va ni me viene en la mayoría de las ocasiones, pero aún así, el saber que puede haber gente que se lleva el mérito de cosas importantes sin realizar ningún esfuerfo, mientras otras se dejan la piel en conseguir sus objetivos de forma dura y legal... me parece muy injusto.
Lo peor de todo esto es que nadie podrá hacer nada para evitarlo... eso de concienciar ya no funciona... porque no hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oír, y por mucho que lo intentes, siempre terminarás como el "tonto" que le da "miedo" romper las normas, aunque realmente sea todo lo contrario.
Al llegar a este punto, la única salida es confiar en la sabiduría popular, porque cierto es que antes se pilla a un mentiroso que a un cojo (por experto que sea) y que a todo cerdo le llega su San Martín.
jueves, 28 de febrero de 2013
martes, 19 de febrero de 2013
¿¡¿¡¿¡QUÉ HAGO CON MI VIDA!?!?!?
Que bonito fue todo mientras duró...
Nos levantávamos un lunes cualquiera por la mañana y nuestra mayor preocupación era que llegase el viernes por la tarde para volver a tener un maravilloso fin de semana. Y después de un montón de lunes con ganitas de viernes... ¡vacaciones! Más de dos meses que nos llevaban a otro nuevo curso, un nuevo curso al que llegabamos sin demasiadas ganas, pero aún así, felices; felices de ver a los compañeros y de volver a pisar esos pasillos por los que hemos pasado tantísimas horas de nuestra vida.Entrábamos en nuestra nueva clase llenos de ilusión y, a veces, un tanto asustados, veíamos los nuevos libros amontonados sobre nuestras mesas y lo último que se nos pasaba por la cabeza era preguntarnos por qué teníamos que dar esas asignaturas.
Este año todo esto se nos termina, eso de estudiar asignaturas porque sí acaba de pasar a la historia... este año es el primero del resto de nuestra vida, de eso que veíamos tan lejos conocido como "futuro".
Es cierto que ya empezamos a tener inquietudes, que hay profesiones que nos llaman la atención y otras que no nos gustan nada, asignaturas que consiguen captar todo nuestro interés y otras que ya es un esfurzo permanecer atento a las explicaciones.... pero creerme, es imposible que personas llenas de tan poca experiencia respondan bien a la pregunta de "¿Qué voy a hacer con mi vida?"...
¿Y si nos equivocamos? ¿y si decidimos algo de lo que podamos arrepentirnos? Millones de preguntas nos asaltan cuando escuchamos eso de qué quieres estudiar.
Por el momento me temo que lo único que podemos hacer es arriesgarnos y dejarnos llevar por nuestros gustos y habilidades... y si por un casual elegimos la opción equivocada, pues lo arreglaremos de la mejor forma posible... pero casi mejor que eso, lo dejamos para el futuro...
jueves, 14 de febrero de 2013
PARA MÍ, LA OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO
Esas cuatro paredes manchadas, ese suelo acolchonado, esos sofás que recorren las esquinas, esa bombilla que cuelga de un cable con cinta aislante, esa ventana mal encajada, una verja que se sostiene gracias a cuatro cuerdas, una puerta que sigue viva por un panel de madera, un horno-armario, la nevera que trabaja cuatro días al año, dos mesas rayadas y mal niveladas, banderines de plástico que recorren el techo...
He aquí el lugar más maravilloso que en mi vida he conocido.
Es posible que tal como lo he descrito no sea muy atractivo, pero si os cuento lo que es realmente ese lugar veréis que podría considerarse la octava maravilla del mundo, solo que aún está sin descubrir.
Para mí esas cuatro paredes son un conjunto de historias y recuerdos que contar, son horas y horas del verano empleadas en personalizar cada uno de sus rincones; ese suelo acolchonado es posible que sea lo más cómodo jamás descubierto donde te puedes tumbar a cualquier hora del día y donde has pasado tardes enteras sin pensar en lo que quedaba para volver a casa, esos sofás manchados o incluso rotos en algunas ocasiones es el lugar donde alguna vez te quedaste dormido o te reíste hasta más no poder, esa bombilla que cuelga de un cable inestable es la que ha alumbrado las mejores noches que podamos recordar y la ventana, la que deja pasar el aire en una calurosa mañana de verano.
El horno con complejo de armario es posible que recoja cosas las cuales ni nos acordamos de su existencia, y el día que lo abramos recordaremos todos esos momentos que contiene; la nevera que trabaja cuatro días al año estoy segura de que no podría funcionar mejor, ha conseguido lo imposible, enfriar todo lo que se compró a las doce de la mañana para que a las cuatro de la tarde ya sea digno de terminarse; ¿y las mesas?, esas mesas esconden más historias que la mejor de las bibliotecas, podrías pegarte horas leyendo todo lo que hay escrito sobre ellas y serían capaces de sacarte las mismas carcajadas que el mismísimo día que fueron escritas...
¿Convencidos? Puede que con esta descripción tampoco lo haya arreglado demasiado, pero estoy segura de que con lo siguiente me comprenderéis.
Aquí es donde he pasado los mejores ratos de mi vida, es donde me pasé doce horas diarias cada uno de los días del verano, es de donde han salido las mayores carcajadas y unos lagrimones que podrían formar ríos, es donde te reúnes con esas personas que es posible que, de no ser por la palabra Bañón, nunca habrías coincidido y has llegado a tal punto que se te olvida lo que es discutir cuando estás a su lado, es la causa de que un día yo perdiese la vergüenza encima de un escenario y por las personas que volvería a perderla todas las veces que hiciesen falta, es esa casa en la que vives durante casi dos meses y se te pasan como si fuese una única semana, es esa habitación que no te importa limpiar porque todo lo que ocurre ahí dentro se convierte en algo inolvidable y consigue que la palabra aburrido desaparezca de tu vocabulario...
Esto que os he intentado explicar es a lo que yo llamo "peña", y sí, reconozco que a los ojos de un extraño podría parecer una habitación sin lujos y sin nada fuera de lo normal, pero cuando conoces cada historia que esconde en sus paredes, en sus sofás, en ese aroma tan especial que desprende nada más asomarte a su ventana... para mí, eso es la mejor sensación que podrías tener y en la mejor compañía...
Woody Allen dijo una vez que el futuro es donde quería pasar el resto de su vida... yo me voy a tomar la libertad de incluir la palabra "peña" en el mío
He aquí el lugar más maravilloso que en mi vida he conocido.
Para mí esas cuatro paredes son un conjunto de historias y recuerdos que contar, son horas y horas del verano empleadas en personalizar cada uno de sus rincones; ese suelo acolchonado es posible que sea lo más cómodo jamás descubierto donde te puedes tumbar a cualquier hora del día y donde has pasado tardes enteras sin pensar en lo que quedaba para volver a casa, esos sofás manchados o incluso rotos en algunas ocasiones es el lugar donde alguna vez te quedaste dormido o te reíste hasta más no poder, esa bombilla que cuelga de un cable inestable es la que ha alumbrado las mejores noches que podamos recordar y la ventana, la que deja pasar el aire en una calurosa mañana de verano.
El horno con complejo de armario es posible que recoja cosas las cuales ni nos acordamos de su existencia, y el día que lo abramos recordaremos todos esos momentos que contiene; la nevera que trabaja cuatro días al año estoy segura de que no podría funcionar mejor, ha conseguido lo imposible, enfriar todo lo que se compró a las doce de la mañana para que a las cuatro de la tarde ya sea digno de terminarse; ¿y las mesas?, esas mesas esconden más historias que la mejor de las bibliotecas, podrías pegarte horas leyendo todo lo que hay escrito sobre ellas y serían capaces de sacarte las mismas carcajadas que el mismísimo día que fueron escritas...
¿Convencidos? Puede que con esta descripción tampoco lo haya arreglado demasiado, pero estoy segura de que con lo siguiente me comprenderéis.

Esto que os he intentado explicar es a lo que yo llamo "peña", y sí, reconozco que a los ojos de un extraño podría parecer una habitación sin lujos y sin nada fuera de lo normal, pero cuando conoces cada historia que esconde en sus paredes, en sus sofás, en ese aroma tan especial que desprende nada más asomarte a su ventana... para mí, eso es la mejor sensación que podrías tener y en la mejor compañía...
Woody Allen dijo una vez que el futuro es donde quería pasar el resto de su vida... yo me voy a tomar la libertad de incluir la palabra "peña" en el mío
martes, 5 de febrero de 2013
POR LA CARA
Por la cara somos capaces de intuir si una persona está de buen humor o ha tenido un día de perros.
Por la cara sabemos si alguien nos miente o si nos está confesando una de sus preocupaciones.
Por la cara nos enteramos de si nos toman el pelo o la cosa va totalmente en serio.
Todo por la cara....
Y es que una imagen vale mas que mil palabras, porque sí, con las palabras puedes engañar o incluso meter la pata... pero los gestos... los gestos no se eligen, los gestos nos salen solos automáticamente al ver o escuchar cualquier cosa.
A veces, si conoces mucho a la otra persona, es posible hasta que consigas leerle el pensamiento con solo mirarle a la cara, son esas miradas que no necesitan palabras de acompañamiento, esas miradas que entiende exclusivamente la persona a la que van dirigidas y nadie más.
Pueden decir un montón de cosas, desde dar toques de atención por haber dicho algo que no era necesario, hasta llegar a producir tanta risa como si te hubiesen contado el mejor de los chistes y no poder parar las carcajadas, carcajadas sin forzar, de esas que salen solas y nadie más entiende, carcajadas al natural.
¿Habéis jugado alguna vez a eso de que tienes que decir algo expresando un sentimiento totalmente contrario? Es realmente complicado...
Por ejemplo, tienes que contarle a alguien un sentimiento feliz haciéndole entender que estás triste, o decir algo muy triste y que parezca que es lo mejor que te podía haber pasado en la vida... y así millones de opciones. Probarlo, ya veréis, es una sensación super extraña aunque te ríes una barbaridad, porque te sientes tan confuso que intentas desahogarte de alguna manera y empiezas a expulsar por tu boca carcajadas de alivio descontroladas, por no hablar de los que te están mirando... un verdadero espectáculo.
Y os preguntaréis a qué ha venido este pequeño paréntesis, es una forma de intentar expresar a través de nuestra cara y nuestros gestos sentimientos totalmente contrarios a la realidad y de darnos cuenta de lo complicado que es.
Además, te lo pasas en grande...
Por la cara sabemos si alguien nos miente o si nos está confesando una de sus preocupaciones.
Por la cara nos enteramos de si nos toman el pelo o la cosa va totalmente en serio.
Todo por la cara....
Y es que una imagen vale mas que mil palabras, porque sí, con las palabras puedes engañar o incluso meter la pata... pero los gestos... los gestos no se eligen, los gestos nos salen solos automáticamente al ver o escuchar cualquier cosa.

Pueden decir un montón de cosas, desde dar toques de atención por haber dicho algo que no era necesario, hasta llegar a producir tanta risa como si te hubiesen contado el mejor de los chistes y no poder parar las carcajadas, carcajadas sin forzar, de esas que salen solas y nadie más entiende, carcajadas al natural.
¿Habéis jugado alguna vez a eso de que tienes que decir algo expresando un sentimiento totalmente contrario? Es realmente complicado...
Por ejemplo, tienes que contarle a alguien un sentimiento feliz haciéndole entender que estás triste, o decir algo muy triste y que parezca que es lo mejor que te podía haber pasado en la vida... y así millones de opciones. Probarlo, ya veréis, es una sensación super extraña aunque te ríes una barbaridad, porque te sientes tan confuso que intentas desahogarte de alguna manera y empiezas a expulsar por tu boca carcajadas de alivio descontroladas, por no hablar de los que te están mirando... un verdadero espectáculo.
Y os preguntaréis a qué ha venido este pequeño paréntesis, es una forma de intentar expresar a través de nuestra cara y nuestros gestos sentimientos totalmente contrarios a la realidad y de darnos cuenta de lo complicado que es.
Además, te lo pasas en grande...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)