martes, 11 de junio de 2013

¿TE ATREVES A SOÑAR?

El otro día, sin saber ni cómo ni por qué, fui a parar a un vídeo de YouTube llamado tal y como aparece introducida esta entrada, y por causas desconocidas (podría llamarse curiosidad) decidí pulsar al "play".

El vídeo empezó hablando de nuestro pasado, presente y futuro, y todo esto lo iba acompañando con una serie de dibujos. Lo cierto es que me resultó de lo más entretenido.

Decía algo así como que si no te arriesgas no puedes perder nada, ni siquiera das opción a que las cosas salgan mal, pero entonces nunca sabrás si podían haber salido bien.

Yo creo que sí, que es cierto que a veces hay que arriesgar para poder (por lo menos) tener oportunidad de ganar o de equivocarte; pero también pienso que antes de tomar una decisión importante hay que tener en cuenta todas las opciones, incluso decir que no, porque es posible que decir que no sea la respuesta más acertada que puedas dar en según que momentos.

Aunque claro... siempre que digas que no, dilo convencido porque no hay nada peor que arrepentirse de hacer algo y que luego te cuenten lo bien que estuvo.

Bueno... voy a dejar de contaros mis opiniones, que me estoy alejando del tema, y aquí os dejo el vídeo en cuestión, espero que os guste:




Y tú... ¿te atreves a soñar?

jueves, 6 de junio de 2013

LO ÚNICO QUE NOS QUEDABA POR PROBAR

Estos últimos días han sido algo estresantes y he llegado a una conclusión, puede que no sea una alternativa demasiado atractiva y eficaz, pero creedme, a veces parece que es lo único que nos queda por probar.

Bueno, ahí va, no se que os va a parecer, pero yo lo propongo: la idea es invernar.

Sí, habéis leído bien, me refiero a invernar, eso que hacen algunos animales en invierno parecido a quedarse resguardados o dormidos o algo por el estilo, y es que, si el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra... a lo mejor es por algo.

Vale, es cierto que puede no tener demasiado sentido y es muy probable que sea toda una estupidez, pero ¿y sí el único problema es que no nos habíamos parado a pensarlo? A lo mejor tenemos la solución justo delante de nuestros ojos y no nos habíamos dado cuenta... todo es pensarlo.

Si lo pensáis, a todo el mundo nos gusta el verano, vale… es cierto que el invierno no es tan malo… pero puestos a elegir, pues preferimos el verano, así que si pasásemos de verano en verano a lo mejor conseguimos ser todos algo más felices.



Aunque ahora que lo pienso… tendríamos que trabajar en verano y empezaríamos a desear volver al invierno y estaríamos en las mismas, así que no nos compensa.

Casi que lo dejamos todo como está y nos conformamos con lo que tenemos.

miércoles, 29 de mayo de 2013

MÁS BUENO QUE EL PAN


¿Existe algún alimento que tenga tantos usos como el pan? Yo creo que no.

Siempre que sales de excursión o que no tienes tiempo de cocinar lo más eficaz es un buen bocadillo.
Si el problema es que tienes un montón de pan que sin darte cuenta se te ha puesto duro con el tiempo, lo mejor es utilizarlo para hacer un buen plato de migas que siempre son de agradecer.
Por otra parte lo puedes utilizar como postre socorrido haciendo unas sencillas y deliciosas torrijas.
Y así multitud de riquísimas alternativas como uilizarlo para empanar la carne o incluso añadirlo desmenuzado en las albóndigas.

Además, es un alimento que pega en todas las comidas… para desayunar (como por ejemplo las tostadas), para almorzar (en forma de bocadillo), para comer (como acompañamiento), para merendar, para cenar… no es como, yo que sé, unos macarrones, que por poder puedes desayunártelos, pero no es lo más frecuente.

Y esa gran tentación casi imposible de evitar ir repizcando el “cuscurro (cada persona lo llama de una manera distinta)” de camino a casa desde la panadería…  es algo tremendamente complicado.

Y luego, por darle todavía más vueltas al asunto, hasta los griegos tenían el dios Pan, encargado de cuidar a los pastores y rebaños.

Es por todo esto que yo pienso que más bueno que el pan, por mucho que se diga, en realidad no hay nada.

Además si la barra de pan de toda la vida no te llama demasiado, tienes un millón de variedades distintas, gallega, integral, pan de molde, pan de pueblo, baguette… y es que al que no le gusta el pan… es porque no quiere.

sábado, 25 de mayo de 2013

MIRA TÚ POR DONDE...

El otro día, rebuscando por las estanterías de mi casa así como quién no quiere la cosa encontré un libro de lo más extraño, bueno… extraño lo que se dice extraño no era… pero yo para nada era conocedora de su existencia.

Era un  libro sobre protocolo, eso que hemos escuchado en tantas ocasiones que se supone que sirve únicamente para decirte lo que se puede o no se puede hacer en determinadas ocasiones, en otras palabras, que han redactado lo que viene siendo el sentido común por si a veces nos lo dejamos por el camino.

Después de mirarlo varias veces y del impacto de la primera impresión he de decir que hay millones de cosas que ni siquiera se nos han podido pasar por la cabeza, por ejemplo, lo de llevar algo cuando vas a una casa como invitado, a primera vista parece que es lo correcto, pero según este estupendo libro parece que es de mala educación, porque claro, por una parte el anfitrión se siente “obligado” a sacarlo y, en el caso de los postres, puede que ya haya algo preparado y se quede en la cocina o sobre gran parte de él. A mí este consejo me sorprendió mucho porque parece que en realidad es lo correcto, pero luego lo piensas y tiene toda la razón.

¿Y esa cosa tan simple de saber como se colocan los cubiertos? El una tontería, pero si comes fuera de casa le indica al camarero que has terminado o que simplemente paraste un momento. Realmente útil, sí señor.

O esas pequeñeces tan insignificantes como no apoyar los codos sobre la mesa… o no comer con la boca abierta… o no hablar con la boca abierta… o incluso no sorber la sopa, parece una tontería, pero puede ser uno decisivo para causar una buena o una mala impresión.


Y es que esto de la buena educación y el protocolo es todo un mundo que muy poca gente conoce a la perfección, pero que con unos cuantos puntos clave, puedes tener la mejor carta de presentación.

sábado, 27 de abril de 2013

PRÓXIMA PARADA… ¡¡ROMA!!

Era domingo 21 de abril por la tarde y mientras todo el mundo se preparaba para un lunes como otro cualquiera, los alumnos de 4º de ESO llenábamos nuestras maletas con más ganas que nunca; camisetas, pantalones, chaquetas… ¿Hará frío? ¿Hará calor? ¿Lloverá?... todo eran preguntas a las que nadie era capaz de responder y eso nos ponía todavía más nerviosos.

Ya era de noche y cerrar los ojos era una misión casi imposible, cada vez faltaba menos y pensar que a las cuatro y media de la mañana teníamos que estar en la estación de autobuses no ayudaba mucho a dormir.

Así pues, cada uno como bien pudo, intentó pegar ojo aunque fuese por una hora escasa y a las 4:00 ya estábamos con los últimos preparativos: pasaportes, mochilas y maletas en mano, y unas ganas inmensas de subir a ese autobús que nos llevaría hasta nuestro primer destino: Madrid.

A la hora estábamos todos en el punto de queda y después de despedirnos de nuestros padres (por mucho duelo que les hiciese) y hermanos (algo más contentos por quedarse como “reyes” de la casa durante cinco días) el autobús se puso en marcha. Algunos aprovecharon para dormir, a otros nos fue imposible y tras casi cuatro horas de viaje llegamos a Barajas, ya estábamos a mitad de camino.

Facturamos las maletas, dimos una vuelta por el aeropuerto… y al fin llegó el momento de embarcar. Unos inquietos por su primer vuelo, otros entusiasmados por volver a volar, pero allí estábamos todos y a lo que nos dimos cuenta ya habíamos despegado.

El vuelo fue tranquilo y en escasas dos horas y media ya pisábamos tierras italianas y subíamos, al fin, al autobús que nos llevaría a nuestro destino: el hotel Pacific, donde pasaríamos esas cuatro noches que teníamos por delante.

Llegamos, nos dieron las llaves de las habitaciones y subimos corriendo a dejarlo todo. Las doce horas de viaje habían tenido su recompensa, eran las cuatro de la tarde y allí estábamos, en Roma.
A lo que nos dimos cuenta ya estábamos recorriendo sus calles y a media tarde fue imposible resistirse a un buen gelato.

Plaza Navona, Pantheon, Fontana di Trevi… la lluvia que nos cayó el primer día no nos impidió hacer una visita exprés como toma de contacto; y tras la cena, llegamos todos empapados al hotel sin demasiadas ganas de dormir, pero había que estar preparados para los cuatro días que nos quedaban por delante.

A las ocho de la mañana del martes ya estábamos desayunando y preparándonos para un día de lo más completo. El Coliseo, los foros romanos, el arco de Costantino, San Pietro in Vincoli, la plaza Venecia, Santa María in Cosmedin, el teatro Marcelo, la Bocca della Verità, el Trastévere… mirases donde mirases era todo precioso.

Casi sin darnos cuenta ya era miércoles y otra vez estábamos recorriendo las calles italianas con entusiasmo, aunque un poco cansados eso sí, pero nuestras profesoras, por suerte, no nos dejaban parar ni un momento para que pudiésemos visitar el mayor número de sitios posibles.

Por la mañana vimos el museo Vaticano y la Capilla Sixtina, y por la tarde, bastante más tranquilos, fuimos a visitar San Giovanni Laterano y la antigua casa de San José de Calasanz en la que murió, donde nos recibieron con alegría y nos enseñaron todo con muy buen humor, la verdad es que fue una visita superdivertida.

El miércoles se terminaba y en dos días estaríamos de vuelta a Zaragoza, pero todavía nos quedaban el jueves y el viernes y había que aprovecharlos a fondo.

El jueves fue un día intenso: La ciudad del Vaticano, Santa María de los Ángeles, la plaza de la Repúbica, Santa María la Mayor, la plaza del Popolo… terminamos agotados.

Llegaba el viernes y sin demasiadas ganas preparábamos las maletas para la vuelta.

El viernes por la mañana salimos por las calles cercanas al hotel para hacer las últimas compras y, a las doce aproximadamente, cogíamos el autobús hacia el aeropuerto. Ya allí, volvimos a repetir todo lo que nos parecía tan lejano, solo que esta vez no tan entusiasmados. Facturamos las maletas, comimos… y sin comerlo ni beberlo ya estábamos por los aires rumbo al aeropuerto de Madrid.

Llegamos a la T4 del aeropuerto de Barajas y esperamos a que llegase la hora de montar al autobús.

Hace escasos cuatro días partíamos entusiasmados hacia Roma y ahí estábamos, en menos de cuatro horas pisaríamos Zaragoza.

El viaje se nos hizo corto, yo creo que ninguno teníamos demasiadas ganas de volver. Y al fin, entramos en la estación Delicias, donde nos esperaban en la dársena 31 un montón de padres y madres con los brazos abiertos.

Nuestro viaje de estudios había terminado, pero la experiencia, el recuerdo de todo lo que habíamos visto y lo bien que lo habíamos pasado no se nos olvida.

Eran las doce y media de la noche y cada uno nos fuimos a casa a recuperar el sueño que se nos había olvidado tener en Roma.




Ha sido un viaje estupendo que por mí, y creo que por todos mis compañeros, va a ser difícil de olvidar.

jueves, 28 de febrero de 2013

HAY QUE VER...

Os parecerá raro, pero acabo de darme cuenta de que hay gente a la que no le cuesta nada hacer trampas, de hecho les produce una satisfacción espectacular, hasta el punto de contárselo a todo el mundo para presumir de "sabiduría"... que digo yo... ya que las haces, callate ¿no?
Pues no, parece que lo que se lleva ahora es presumir de "ilegal", es como una victoria más para el curriculum, digno de alabar... y a veces, por muy injusto que parezca, reciben más mérito incluso que las personas que realmente se merecen el recnocimiento.

Yo, qué queréis que os diga... creo que hay gente "con mucho morro" y es probable que nunca salgan sus mentiras a la luz. Y sí, es cierto que puede que a mí ni me va ni me viene en la mayoría de las ocasiones, pero aún así, el saber que puede haber gente que se lleva el mérito de cosas importantes sin realizar ningún esfuerfo, mientras otras se dejan la piel en conseguir sus objetivos de forma dura y legal... me parece muy injusto.

Lo peor de todo esto es que nadie podrá hacer nada para evitarlo... eso de concienciar ya no funciona... porque no hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oír, y por mucho que lo intentes, siempre terminarás como el "tonto" que le da "miedo" romper las normas, aunque realmente sea todo lo contrario.

Al llegar a este punto, la única salida es confiar en la sabiduría popular, porque cierto es que antes se pilla a un mentiroso que a un cojo (por experto que sea) y que a todo cerdo le llega su San Martín.

martes, 19 de febrero de 2013

¿¡¿¡¿¡QUÉ HAGO CON MI VIDA!?!?!?

Que bonito fue todo mientras duró...
Nos levantávamos un lunes cualquiera por la mañana y nuestra mayor preocupación era que llegase el viernes por la tarde para volver a tener un maravilloso fin de semana. Y después de un montón de lunes con ganitas de viernes... ¡vacaciones! Más de dos meses que nos llevaban a otro nuevo curso, un nuevo curso al que llegabamos sin demasiadas ganas, pero aún así, felices; felices de ver a los compañeros y de volver a pisar esos pasillos por los que hemos pasado tantísimas horas de nuestra vida.
Entrábamos en nuestra nueva clase llenos de ilusión y, a veces, un tanto asustados, veíamos los nuevos libros amontonados sobre nuestras mesas y lo último que se nos pasaba por la cabeza era preguntarnos por qué teníamos que dar esas asignaturas.

Este año todo esto se nos termina, eso de estudiar asignaturas porque sí acaba de pasar a la historia... este año es el primero del resto de nuestra vida, de eso que veíamos tan lejos conocido como "futuro".

¿Cómo pueden poner una decisión tan difícil en manos de personas que apenas tienen década y media de vida? Por mucho que lo piense no consigo comprenderlo.
Es cierto que ya empezamos a tener inquietudes, que hay profesiones que nos llaman la atención y otras que no nos gustan nada, asignaturas que consiguen captar todo nuestro interés y otras que ya es un esfurzo permanecer atento a las explicaciones.... pero creerme, es imposible que personas llenas de tan poca experiencia respondan bien a la pregunta de "¿Qué voy a hacer con mi vida?"...

¿Y si nos equivocamos? ¿y si decidimos algo de lo que podamos arrepentirnos? Millones de preguntas nos asaltan cuando escuchamos eso de qué quieres estudiar.

Por el momento me temo que lo único que podemos hacer es arriesgarnos y dejarnos llevar por nuestros gustos y habilidades... y si por un casual elegimos la opción equivocada, pues lo arreglaremos de la mejor forma posible... pero casi mejor que eso, lo dejamos para el futuro...

jueves, 14 de febrero de 2013

PARA MÍ, LA OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO

Esas cuatro paredes manchadas, ese suelo acolchonado, esos sofás que recorren las esquinas, esa bombilla que cuelga de un cable con cinta aislante, esa ventana mal encajada, una verja que se sostiene gracias a cuatro cuerdas, una puerta que sigue viva por un panel de madera, un horno-armario, la nevera que trabaja cuatro días al año, dos mesas rayadas y mal niveladas, banderines de plástico que recorren el techo...
He aquí el lugar más maravilloso que en mi vida he conocido.

Es posible que tal como lo he descrito no sea muy atractivo, pero si os cuento lo que es realmente ese lugar veréis que podría considerarse la octava maravilla del mundo, solo que aún está sin descubrir.


Para mí esas cuatro paredes son un conjunto de historias y recuerdos que contar, son horas y horas del verano empleadas en personalizar cada uno de sus rincones; ese suelo acolchonado es posible que sea lo más cómodo jamás descubierto donde te puedes tumbar a cualquier hora del día y donde has pasado tardes enteras sin pensar en lo que quedaba para volver a casa, esos sofás manchados o incluso rotos en algunas ocasiones es el lugar donde alguna vez te quedaste dormido o te reíste hasta más no poder, esa bombilla que cuelga de un cable inestable es la que ha alumbrado las mejores noches que podamos recordar y la ventana, la que deja pasar el aire en una calurosa mañana de verano.
El horno con complejo de armario es posible que recoja cosas las cuales ni nos acordamos de su existencia, y el día que lo abramos recordaremos todos esos momentos que contiene; la nevera que trabaja cuatro días al año estoy segura de que no podría funcionar mejor, ha conseguido lo imposible, enfriar todo lo que se compró a las doce de la mañana para que a las cuatro de la tarde ya sea digno de terminarse; ¿y las mesas?, esas mesas esconden más historias que la mejor de las bibliotecas, podrías pegarte horas leyendo todo lo que hay escrito sobre ellas y serían capaces de sacarte las mismas carcajadas que el mismísimo día que fueron escritas...

¿Convencidos? Puede que con esta descripción tampoco lo haya arreglado demasiado, pero estoy segura de que con lo siguiente me comprenderéis.

Aquí es donde he pasado los mejores ratos de mi vida, es donde me pasé doce horas diarias cada uno de los días del verano, es de donde han salido las mayores carcajadas y unos lagrimones que podrían formar ríos, es donde te reúnes con esas personas que es posible que, de no ser por la palabra Bañón, nunca habrías coincidido y has llegado a tal punto que se te olvida lo que es discutir cuando estás a su lado, es la causa de que un día yo perdiese la vergüenza encima de un escenario y por las personas que volvería a perderla todas las veces que hiciesen falta, es esa casa en la que vives durante casi dos meses y se te pasan como si fuese una única semana, es esa habitación que no te importa limpiar porque todo lo que ocurre ahí dentro se convierte en algo inolvidable y consigue que la palabra aburrido desaparezca de tu vocabulario...


Esto que os he intentado explicar es a lo que yo llamo "peña", y sí, reconozco que a los ojos de un extraño podría parecer una habitación sin lujos y sin nada fuera de lo normal, pero cuando conoces cada historia que esconde en sus paredes, en sus sofás, en ese aroma tan especial que desprende nada más asomarte a su ventana... para mí, eso es la mejor sensación que podrías tener y en la mejor compañía...



Woody Allen dijo una vez que el futuro es donde quería pasar el resto de su vida... yo me voy a tomar la libertad de incluir la palabra "peña" en el mío